Vuelve El Hombre
El buen seguidor de Prison Break es un espectador sufrido y manipulado hasta la extenuación por una trama que por el momento no decae en absoluto. Por mucho 'chico del mes' que te pongan en pantalla. Cosa que también se agradece, y mucho.
Así estoy yo después de ver el capítulo catorce de la segunda temporada, al ritmo de Fox Estados Unidos.
En un inutil acto de desesperación, intento dosificar los capítulos y convivo con la angustia de que mañana mismo, cuando vea el quinceavo, empezará una larga espera hasta el día doce de febrero.
Tendré que quedarme con las ganas de saber qué más desgracias pueden sucederles a toda esa gente, que ya es mucha la involucrada a estas alturas de la historia.
Y la verdad es que no hay derecho. El parón navideño se prolongó hasta anteayer, que emitieron dos capítulos.
Esto no se puede hacer con Prison Break ni con la adrenalina del espectador. Con esta serie en concreto por que ni su argumento ni su vertiginosa progresión pueden estructurarse a modo de capítulos autoconclusivos como por ejemplo House.
Y ahora habrá que esperar de nuevo tras apenas una dosis de hora y media en dos meses por gentileza de los programadores estadounidenses. Que anteponen las emisiones de la NFL, NBA y toda suerte de ligas de todos esos deportes tan americanos que si antes me daban mucho palo, ahora más aún.
Luego nos quejamos de los programadores españoles. Que también comen aparte, dicho sea de paso.
Y yo, que no me reconozco en esa sed de persecuciones, sangre, injusticias, muertes violentas y sordidez cacelaria.
Algo me está pasando, así que voy a intentar suplir esa carencia con Anatomía de Grey. Que aunque tiene un punto muy trash con tanta víscera, no es exactamente lo mismo pero ya me hace el apaño.