martes, noviembre 29, 2005

Let’s brunch together!

Esta tarde en el trabajo entre los devaneos del plotter, los inoportunos cuelgues informáticos y una animada conversación surgió como de la nada un tema acerca de un hábito que parece estar muy de moda.
Se trata del brunch, una nueva actividad socio-gastronómica que para ser absolutamente modernos debiéramos incorporar a la mayor brevedad posible en nuestro catálogo de usos y costumbres.
Etimológicamente hablando, diríase que la palabreja proviene de la contracción de las voces inglesas breakfast y lunch.
Viene a definir lo que es un tentempié de toda la vida, pero gracias al complejo de país subdesarrollado que aun arrastramos y que intentamos paliar a base de utilizar anglicismos de forma indiscriminada, lo del brunch queda más ostentoso y refinado.
La hora indicada para servir este tipo de ágape sería entre las once de la mañana y las tres de la tarde, preferiblemente en domingo. Debe el anfitrión aprovisionarse de alimentos propios de un desayuno y una comida convencional para servirlos conjuntamente.
El ritual consiste en convocar una reunión de carácter informal, fusionar ambas comidas y a ser posible socializar y departir con los comensales.
Puede incluirse tanto bollería, café, leche y cereales como vino, cócteles y platos más elaborados y consistentes (desaconsejamos chicharrones, fabada, lentejas y similares ya que le restarían glamour al evento). En esta interesantísima página explican cómo.
Mi conclusión al respecto es que la fiesta que ofrece Isabel Preysler tras un hipotético desfile en el anuncio de Ferrero Rocher ya fue. Lo más in para los neo ejecutivos de casual friday y para aquéllos que en vez de darse prisa con sus tareas “estimulan su capacidad proactiva”, es el brunch.
Un esnobismo como otro cualquiera, un mal llamado domingo de ociosidad e ingesta copiosa, una excusa para no sentirse culpable y vulgar tras un fin de semana grasiento y churretoso.
¿Deberé mantener mi postura hasta que venga el señor Ferràn Adrià con sus espumas y deconstrucciones a sentar cátedra sobre este asunto diciendo que brunchear, aparte de fashion es saludable y por encima de todo, nutritivo?. A saber.

jueves, noviembre 17, 2005

El pop les hará libres

A un mes vista podemos dar por inaugurada la campaña navideña con este par de lanzamientos, a retener sin duda por su componente insólito.
Para romper el hielo ¿Qué mejor que un compilado de tonadillas de pop latino en clave de ópera?.
La propuesta de Pópera parece de lo más arriesgada, y de hecho Nouvelle Vague ya hicieron el pasado año algo parecido revisitando temas de la dark wave británica a ritmo de bossanova, pero me da que no es lo mismo.
Como muy arriesgada me pareció en su día la labor de Señor Coconut, rindiento tributo a Kraftwerk, entre otros artistas, a golpe de salsa y cumbia. Realmente hay que ser muy osado.
Y hablando de Kraftwerk, si ellos pueden hacer conciertos virtuales, nuestro próximo protagonista no va a tener más remedio que, a su manera, hacer lo propio en el caso de que su lanzamiento se convierta en un éxito y se decida a salir de gira. Inconvenientes de ser un dibujo animado.
¿Será Shin Chan el encargado de recoger el testigo de los Pitufos Maquineros?. Con estas cosas queda de manifiesto que en todo, absolutamente en todo, se queman etapas.
"Las canciones de Shin Chan" es otra recopilación, en esta ocasión de éxitos pop recientes, que a buen seguro tendrá su público.
Veremos qué tal se desenvuelve, de entrada su carisma le precede.

miércoles, noviembre 16, 2005

Don't look back in anger

Vaya por adelantado, tras la escucha de este disco podría decirse que he visto cosas que jamás creería. Parece increíble pero "Confessions on a dance floor" me ha gustado.
Hacía eones que un disco de esta mega-arpía de la que fui fan y ocasional imitadora en mi pueril intimidad no suscitaba en mí el más mínimo interés. Y a buen seguro que si hace cinco años alguien llega a decirme que acabaría aquí ponderando las virtudes del disco conceptual retro-seventies de Madonna, mínimo se me hubieran inyectado los ojos en sangre y cólera.
Sí, es un disco conceptual y puede afirmarse de forma categórica ya que sus temas se presentan enlazados entre sí como si de una sesión disco se tratara.
Como carta de presentación "Hang up" me animó a caer en el error de que samplear a Abba era el principio del fin. Tras un par de escuchas, "Sorry" me sorprendió, y no de forma negativa a propósito de su descarado guiño al "Can you feel it?" de los Jackson Five.
Fue su estribillo, y ya es mucho a favor teniendo en cuenta que la predisposición por mi parte no era del todo idónea.
“Future Lovers”, sin embargo, cae como un jarro de agua fría. Tal vez porque “Ray of Light” nunca fue para mí de lo más encomiable de la diva, y si lo mezclamos con los trillados ritmos high-energy al más puro estilo Moroder, la cosa estaba destinada a no gustarme nada.
Casi sin dejarnos respirar, “I Love New York” nos ofrece como punto de partida unos redobles clónicos a los del “Paninaro” de Pet Shop Boys. Qué gran contradicción ésta, de tantas sutilezas y tan evidentes.
¿Es posible que “Forbbiden Love” pueda recordarme a Visage y, más en concreto, a “Kathy’s song” de Apoptygma Berzerk?
Me da por pensar que tal hecho puede obedecer a dos razones: Que esta señora a su edad y con lo que ha sido, quiera parecerse a Kelly Osbourne (poco probable) o que yo últimamente estoy escuchando tantas cosas y tan inconexas entre sí, que acaban por distorsionar mi percepción y criterio.
Descartemos el hecho de que a estas alturas, la muy material girl (ya no tan “girl”, por cierto) se haya dado a escuchar electrodark, future pop y demás. Sólo imaginarlo me cuesta trabajo.
Casi tanto como el que imagino se ha destinado a la producción de esta nueva entrega de eminente carácter electrónico, repleta de loops, efectos y un sinfín de filtros vocales que en ocasiones restan talante y protagonísmo a la interpretación. Algo que considero primordial dándose el caso que nos ocupa de superstar ídola de masas.
Y como no hay disco de Madonna sin polémica, en esta ocasión no podría ser menos y esta buena mujer la manifiesta en el décimo corte del CD invocando a Isaac Luria, gran maestro de la Kabbalah.
Y es que parece ser que Esther tras abrazar la fe judeo esotérica y usurpar mi nombre de pila, también ha conseguido enfadar a los rabinos de Safed por haberle dedicado una canción al creador de tan controvertido dogma. Qué se le va a hacer…

viernes, noviembre 11, 2005

Four to the floor

El pasado día siete, como no podía ser menos, estuvimos atentos a la presentación del nuevo canal televisivo de difusión gratuita del grupo Sogecable
El canal Cuatro puede sintonizarse en la misma frecuencia del ya desaparecido Canal +. Y su estética, con unas cortinillas de continuidad que se asemejan sospechosamente a la obra de Jordi Labanda, ese apóstol de lo cool, pretende ser minimalista y pop, tal y como hoy día mandan los cánones.
Como punto a favor a los recién llegados, cabe destacar la presencia en su parrilla de programación de una serie mítica para quienes tuvimos una adolescencia feliz en los 90. Nos referimos a
Melrose Place, LA SERIE que empezó siendo un spin off de Sensación de Vivir y acabó como el rosario de la aurora peregrinando a horas intempestivas por las madrugadas de la cadena amiga.
Así mismo, oleadas de nostalgia me invaden al comprobar que
Comando G no pasará desapercibido entre las generaciones emergentes, o como mínimo eso sería lo deseable en pro de su salud mental.
Se añaden al revival televisivo
Friends y Buffy La Cazavampiros, Los Roper (serie de culto friolero), Parker Lewis, La Pantera Rosa y Twin Peaks, entre otros.
No tan esperanzador para nuestro criterio es el panorama si nos referimos a las series de producción propia y a los fichajes de la cadena.
Chicas En La Ciudad se nos antoja como un Sexo en Nueva York versión cañí, haciéndonos partícipes de los avatares diarios de seis jóvenas estupendas de la muerte con mil quinientas carreras universitarias, medidas de vértigo y loft de diseño. Vamos, lo normal de las personas.
Se estrena el sábado a las diez de la noche, con lo cual no la hemos visto, pero habiendo leído a
Lucía Etxebarría nos podemos hacer una idea aproximada.
Suarez Y Mariscal es la apuesta policíaca de la cadena. Interpretada por dos agentes en la vida real, da pie a ser escéptico respecto a las aptitudes interpretativas del elenco.
Aunque nunca se sabe, tal vez dicho intrusismo puede propinarnos sorpresas ya que la profesionalidad no es siempre garantía de calidad.
Ben Affleck en teoría es actor, y ya ven...
Dejando a un lado la ficción, nos encontramos con parte del staff del ya por suerte finiquitado
Crónicas Marcianas.
Eso es, el histriónico
Boris Izaguirre en el magazine vespertino Channel nº 4, acompañado de Ana García Siñeriz.
Por otra parte, la actualidad deportiva será “amenizada” por
Carlos Latre en Maracaná 0-5 (léase con boca pequeña. Más que amenizada, interrumpida, ya que este señor nunca me ha hecho “de reir”, sus performances más bien me parecen irritantes. Es sólo una apreciación personal).
En el apartado de informativos
Iñaki Gabilondo ha sido el elegido, por aquello del prestigio y la solvencia que da tener al mando de la nave a un señor serio que básicamente, da notícias.
En otro orden de cosas, tan cansino como el señor Latre me parece
el late night de Eva Hache, repleto de gags forzados y situaciones ensayadas que tal vez quisieran denotar espontaneidad y frescura.
El dinamismo, la autenticidad y la osadía, algo tan en boga en estos últimos tiempos, también tienen lugar en Cuatro de la mano de
6 Pack, una suerte de Jackass cochambroso, conducido por una pléyade de adolescentes, muy enrollad@s, irredent@s e incorrect@os ell@s, que recién salidos parecen de un escaparate de Bershka. Rebeldes sin causa, y además de verdad. Aquí hay nivel.
Completando la oferta de programas juveniles,
Corta-t ofrece lo mismo pero con carácter documental y Ke No!, ya para empezar encomiando el mal uso de la ortografía (muy educativo, sí señor). Y ya de paso, haciendo las veces de un remozado Al Salir De Clase. Miedo.
Por estas pequeñas cosas, ya que se tiende a generalizar, en ocasiones me alegro de considerarme en el ocaso de mi primera juventud, no fuera a darse el caso que me metieran en el mencionado pack. Con eso ya lo he dicho todo.
Para terminar, los amantes de los fenómenos para-anormales están de suerte. Ya que de la mano de Iker Jimenez, (un colaborador de
Mari Tere, nada más y nada menos) llega el espacio Cuarto Milenio.
Quien crea que
JJ Benítez dijo en su día la última palabra respecto a esta materia, están muy equivocados... Por desgracia.
Y no, no hay concursos de gente metida en casas. Esto es una televisión mundana donde no tienen cabida esos sesudos experimentos sociológicos.

viernes, noviembre 04, 2005

El encantador de serpientes

Sospechábamos que en las fotos promocionales le habían dado unos retoques de nada con Photoshop, así que la aparición Antony en escena no fue tan sorprendente. Una estatura impresionante, unos cuantos quilos de más y unas vestimentas que, si te lo encuentras de noche paseando por Monjuich, te dan ganas de salir corriendo. Luego resultó que su aspecto grotesco era directamente proporcional a la fascinación que transmitía, lo mejor fue “Fistful of love” y lo peor que hizo muchas versiones pero no cantó “A perfect day”.
Para terminar voy a transcribir un sueño: Antony estaba sentado en medio de una habitación y de pronto se le apareció Shania (pronúnciese Tshaneia) Twain. Se quedó impresionado por la visión y entendió que se había enamorado. Oh, I feel so cheap in front of you, le dijo. Ella le miraba altiva pero no le respondía, y en un momento advirtió que el escenario había cambiado. Estaban en el Belén con el niño Jesús, los animales y demás figurantes. Shania seguía sin hablarle, y además comenzó a elevarse, a ascender, mientras el pobre Antony y los animales le cantaban, resignados, aquello de “I want, I want somebody to looove…”.