viernes, noviembre 04, 2005

El encantador de serpientes

Sospechábamos que en las fotos promocionales le habían dado unos retoques de nada con Photoshop, así que la aparición Antony en escena no fue tan sorprendente. Una estatura impresionante, unos cuantos quilos de más y unas vestimentas que, si te lo encuentras de noche paseando por Monjuich, te dan ganas de salir corriendo. Luego resultó que su aspecto grotesco era directamente proporcional a la fascinación que transmitía, lo mejor fue “Fistful of love” y lo peor que hizo muchas versiones pero no cantó “A perfect day”.
Para terminar voy a transcribir un sueño: Antony estaba sentado en medio de una habitación y de pronto se le apareció Shania (pronúnciese Tshaneia) Twain. Se quedó impresionado por la visión y entendió que se había enamorado. Oh, I feel so cheap in front of you, le dijo. Ella le miraba altiva pero no le respondía, y en un momento advirtió que el escenario había cambiado. Estaban en el Belén con el niño Jesús, los animales y demás figurantes. Shania seguía sin hablarle, y además comenzó a elevarse, a ascender, mientras el pobre Antony y los animales le cantaban, resignados, aquello de “I want, I want somebody to looove…”.