lunes, diciembre 19, 2005

Virtual Insanity

Hoy un pequeño apunte acerca de King Kong, porque ya que he ido a verla con todas las compras navideñas por fin ya realizadas, qué menos.
Como viene siendo ya costumbre en sus últimas películas, Peter Jackson no escatima en celuloide, y por ende, en metraje.
Este y no otro es el único inconveniente que para mí presenta la película. La sucesión de larguísimas escenas de acción en las que los personajes bien podrían estar pasando pantallas de un videojuego.
A favor: Muy buenos efectos especiales, por mucho que la tecnología con la que en este campo se cuenta en la actualidad reste algo de mérito a la labor. En especial la recreación de la Nueva York de la Gran Depresión, y como no, el monito. Tal es su realísmo que logra integrarse a la perfección con el resto de los protagonistas no virtuales. Es más (blanda que es una), la visión de la bestia encadenada y exhibida como un mono de feria, nunca mejor dicho, logra por momentos conmoverme.
En contra: La excesiva duración de esas ya mencionadas escenas de acción de gran alarde técnico, rompen el ritmo de una historia que con, a lo sumo, un par de horas podría haberse plasmado incluso de forma profusa.
Otra posible lectura sería relegar la trama a mero vehículo para el exclusivo lucimiento del espectacular despliegue de efectos especiales. Aunque sea así, me vale. Y seguro que a muchos de ustedes también.