Y Hasta Aquí Puedo Leer...

No sé hasta que punto hubiera sido prudencial esperar a salir del estado de shock en el que me ha dejado el final de temporada de Prison Break para escribir este post.

Si digo que hasta la fecha la serie en cuestión ha sido mi mejor experiencia televisiva y/o internetil, creo que me quedo incluso corta.

Y sobre el final de esta segunda temporada sólo cabe añadir que seguramente será uno de los cliffhangers más sórdidos de la historia de la televisión. Tanto, que casi me dan ganas de omitir a uno que yo me sé -spoiler obliga- de tan siniestro y escalofriante entorno.

Un gran capítulo, si bien algo denso incluso para quienes estamos ya algo acostumbrados a sufrir con Burrows, Scofield y compañía.

Creando nuevos interrogantes como respuesta a las ya numerosas incógnitas que existían previamente incluso de manera algo forzada y estresante. Todo vale para que empecemos a contar ya los días hasta finales de agosto, cuando se supone que dará comienzo la tercera temporada.

Nuevas conspiraciones y nuevos personajes. Vale la pena estar preparado para que, por tercera vez, te dejen para el arrastre.

Porque con semejante ritmo de narración, me atrevería a decir que esta serie es un deporte de riesgo. Y por si fuera poco, adictivo.