Cambio Radical

...Y yo al otro lado de la pantalla observando con pavor y pensando en que mejor me quedo como estoy.
Por que el hueco entre mis incisivos está a años luz de traumatizarme, por que Teresa Viejo me da miedo.
Y porque ya sólo la idea de que durante dos horas mi estampa a 360 grados en esa horrorosa lencería sin costuras de color beige ocupara la frecuencia de Antena 3, me horroriza.
La feria de la carne ya está en marcha, y a mí con esta primera entrega del Extreme Makeover a la española ya me ha bastado para darme cuenta de que aún hay cosas mucho peores que Sorpresa, Sorpresa y presencias más inquietantes -en el sentido negativo, por supuesto- que la de Isabel Gemio.
Una orgía de botox, liposucciones, siliconas, ortodoncias, liftings y estilismos en modalidad soft.
Si lo que esperan es ver un espectáculo gore, este no es su programa.
Y cabe destacar que tampoco es aconsejable para aquellos quienes su autoestima se encuentre en horas bajas.
Porque la suficiencia y los comentarios de la presentadora hacia los participantes y sus familiares no harán otra cosa que hacerles sentir mucho peor, como para apagar el televisor y no dar crédito.
Un cambio radical no debería consistir necesariamente en una cruda exhibición de esas imperfecciones humanas que TODOS tenemos como algo grotesco, intolerable y vergonzoso.
Lo que realmente resulta de vergüenza ajena es semejante actitud, pero sin morbo parece ser que no hay interés ergo, audiencia.
Allá cada cual, pero visto lo visto el precio a pagar por ese Cambio Radical es muy alto. Y la verdad es que prefiero seguir sintiéndome cómoda con mis overloads metabólicas por muchos años.
Por cierto, ¿Para cuando Supermodelo 2007?. Es muy reconfortante contemplar el sufrimiento ajeno respecto a las calorías ante un Häagen-Dazs con el que alegrarse el cuerpo.