miércoles, octubre 12, 2005

Every rose has its thorn

Contrariamente a lo que pueda parecer por el título de este post, no les voy a hablar del grupo Poison. Entre otras cosas porque lo que me ha sorprendido saber hace unos instantes es que todavía existan. O por lo menos existieron hasta hace poco.
El personaje que hoy nos ocupa es alguien tan diametralmente opuesto a los hard rockeros como
Ana Rosa Quintana. Que dado su bagaje, también da para hacer un post. Y así lo haré.
Profundamente soliviantada (y a voluntad, porque lo peor es que "me dejo" dada la alternativa televisiva en esa franja horaria) me adentro algunas mañanas en el saloncito de Ana Rabiosa and friends para presenciar sus sonadas meteduras de pata, sus contertulios dignos de poseer un sillón en la Real Academia de la Lengua Española. Y por si fuera poco, la auto promoción de su línea de cosmética “Esenciales Ana Rosa”.
En lo que a audiencias se refiere, parece ser que no hay quien le tosa a la reina del copy/paste.
Si bien es cierto que yo tengo mi parte de culpa, pero antes que soportar el mesiánico, sesudo y notarial discurso de Josep Cuní en TV3, o lo que es peor, el rancio comadreo de Antena 3 con la señora María Teresa Campos entrevistando a sus coleguitas tal que así…
-Que grande eres!!
-No, tú lo eres más. Ole, ole y ole!.
-Cómo te quiero María Teresa!.
-No, yo más de todo!!.
… Casi mejor recrearse con el peeling químico de AR, amen de otros retoques que nos la sugieren más “mujer de hoy”. Más como la imagen de una espléndida madurez, considerada así por toda maruja que se precie.
Tal vez lo que la pasada temporada se me antojó un magazine liviano, se ha tornado una continua crónica de sucesos haciendo apología de lo trash. Y eso termina por aburrir aún más si cabe. O si no que se lo pregunten a Nieves Herrero.
Aunque de vez en cuando AR nos da un respiro con sus ocurrencias. Concha Velasco puede dar fe de ello.
Al ser invitada por Anne Rose para hablar de “Motivos Personales”, la serie que protagoniza, su llegada fue anunciada con cierto carácter amarillista como dando a entender que iba a relatar los pormenores de su reciente separación matrimonial.
Entonces la actriz se sintió molesta y así se lo hizo saber a AR ante las cámaras.
Tras unos tensos instantes nuestra intrépida entre intrépidas pudo sortear la situación con más o menos gracia… Trabajito le costó, pero tuvo que estropearlo preguntando a la invitada por su madre, difunta ella. Magistral equipo de documentación el tuyo que nos da momentos tan antológicos como éste, Ana Rosa.
A todo esto, momentos a retener y patadas en la vista son precisamente lo que propina el estridente fondo de armario de su también colaborador Màxim Huerta. De busto parlante en los informativos tercera edición a “chico Ana Rosa”. Posiblemente estamos ante el génesis de toda una especie. Al tiempo.